En las últimas
dos semanas hemos visto como el Estado de Israel aplasta de manera brutal al
territorio de Gaza, los muertos y heridos aumentan de igual manera que el silencio de la comunidad internacional ante
este hecho de violencia , no denunciar un hecho violento nos hace cómplices, es
como no llamar a la policía ante los gritos de alguna mujer sufriendo agresión
domestica desde alguna casa vecina, siempre la solución es que alguna fuerza ajena intervenga para
solucionar y salvaguardar a la víctima, en este caso ¿ por qué dudamos tanto
para denunciar al agresor?
Palestina
en el 2012 fue apoyada con un voto de parte de Costa Rica y otras 137 naciones
ante la ONU para que fuera reconocida como estado observador no miembro, en ese
29 de noviembre 44 se abstuvieron a votar y solo 9 votaron en contra de los cuales se destaca
Estados Unidos y Israel, pero , aquí hay algo interesante , la oposición casi
patológica que tiene Israel ante las cosas que simplemente no comparte, en este
2014 las fracciones palestinas de Hamás y Fatah firmaron un histórico acuerdo
de reconciliación el cual Israel rechazó de manera pedante aduciendo que Hamas
solo debía negociar con ellos la paz pero ¿no es más lógico negociar la paz con
todas las partes involucradas?, sin duda, como citaría Slavo Zizek en su libro
¨sobre la violencia¨ : ¨si el poder corrompe, lo inverso también es cierto; la
persecución corrompe a las víctimas, aunque quizá de formas más sutiles y
trágicas.¨
Occidente
no puede tener una noción de deuda moral como dicen algunos, la deuda moral es
una especie de mensaje agazapado que le da el visto bueno a los gobernantes de
Israel en seguir cometiendo esta miseria que avergüenza al mundo entero, porque
algo hay que dejar claro, no son todos los Judíos que apoyan las acciones de su
país, de hecho casi el 50% de los
habitantes de Israel se consideran no religiosos (jilonís) sin contar los que
se han expresado en contra de las acciones ofensivas alrededor del mundo. Busquemos
mejor entendernos dejando esa fijación patológica por la tierra, en fin acabo,
el planeta es un lugar muy pequeño y hasta donde llega mi conocimiento sobre
las religiones del mundo ninguna de ellas aprueba la muerte de inocentes ni las introvertidas creencias de Antón LaVey
promovían algo tan grotesco como lo que estamos viendo.