Señoras sin
cosas que hacer inician un ritual por las mañanas el cual consiste en
sentar a sus niños al frente de la caja tonta tal como si fueran un
sacrificio requerido por alguna antigua religión
sedienta de sangre virgen y carne fresca. Las señoras y uno que otro señor
desocupado se sientan en sus cómodos sofás con la mente en blanco mientras tragan
la mierda que les da su ¨cajita feliz¨, hoy el menú es variado, por ejemplo
tenemos un poco de orgullo nacional, una pizca de prejuicios sociales y de plato fuerte ¨las pobres madres solteras del país¨, después
de la hora y media que dura la ingesta televisiva todos se levantan de sus asientos
y salen a las calles para hacer lo que saben hacer mejor: ser hipócritas.
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