16 nov 2009

Juego de niños

Juego de niños
Desde hace cinco años en cada viernes santo, los pobladores del El Paso del diablo (un lugar grisáceo y repugnante que no vale la pena mencionar su ubicación geográfica) presienten que el fuego destruirá alguna edificación o lote abandonado que sirve como posada-motel para los drogadictos.
Un día de tantos haciendo unas de mis giras de trabajo tope con este pueblo maldito de campos color negro carbón, largos trayectos de carretera recibían a todos los desafortunados visitantes, la impresión visual como dije no era la mas agradable (lotes quemados, esqueletos de caserones) quizás un amante de hacer fotografías de naturaleza muerta hubiera quedado maravillado por aquella puesta de objetos muertos y quemados hallados en ese pueblo.
Casi siempre cuando tengo intervalos de tiempo libres en mis giras, me gusta conocer las extrañas historias de cada pueblo que me toca hospedarme para obtener buen material que me servirá para tertuliar con los viejos amigos en el bar de mi casa.
Indagando, descubri que las quemas comenzaron desde hace cinco años, la primera fue según la policía local un accidente el cual murió una mujer y una niña, a nadie le parece importar que los incendios pasen en ese misma fecha, obviamente hay alguien detrás de ese acto criminal, “a nadie le importa este maldito pueblo – respondió un transeúnte frunciendo el sello- y a usted tampoco de debe importar”, luego agrego de mala gana “ya casi toda la gente se ha ido, usted haga lo mismo forastero!!”.
Busque en vano a alguien que por lo menos fuera radicado desde hace mas de cinco años en ese pueblo, no había nadie, parecía que si alguna peste los hubiera espantado dejos de este quemado lugar, dirigí mis pasos a la alcaldía del pueblo para pedir quizás las direcciones de los pobladores de mayor antiguiedad dentro del pueblo. Arribe a lo que ante fue un gran edificio de gobierno bien cuidado, ahora es un vulgar nido de ratas, atravesé la puerta con sumo cuidado para no arracarla de su marco, por suerte se encontraba aun un ser humano en ese lugar, una mujer delgada, de gruesos lentes y cabellera poco cuidada, permanecia indiferente ante mi presencia, tosi fuertemente para que notara mi presencia, con vos metalica y desganada me pregunto que era lo que deseaba, le desahogue todas mis dudas, con el mismo tono de vos de dio solo un nombre y dirección, un hombre viudo era el único que aun seguía viviendo en el pueblo por mas de cinco años según los últimos datos de censo poblacional realizado hace un año.
Recorriendo el largo camino a pie, seguía recodando los datos proporcionados por esa mujer, el hombre se llamaba Joseph, filántropo y cuidadano activo de la comunidad, según los rumores el hombre perdió la cordura después de la muerte de su única hija y esposa. Los senderos se hacían aun mas secos y sin vida mientras me acercaba a mi destino, un pensamiento recorrió mi cabeza, quizás el hombre asesinó a su familia y no pensaría dos veces en asesinarme, pero, cuando volví a la realidad alce la mirada y allí estaba la casa de Joseph, exactamente donde me dijo aquella mujer.
Toque la puerta de esa casa esperando ver un hombre viejo y desareglo detrás de la puerta, pero cuando la puerta se abrió vi un hombre de buen ver, mediana edad y cortes. Viéndome fijamente atraves de unos lentes oscuros redondos que me daban la impresión que a la vez de ojos tenia dos profundos agujeros en el rostro tan negros como la noche.
¿Le puedo ayudar joven viajero? -gesticulo de pronto Joseph.
¡claro que si¡ vea señor Joseph, yo vengo ….
De repente el hombre salió de la casa y con gesto amigable toco mi hombre y dijo qu ya sabia a lo que yo venia.
-usted viene a conocer mi historia, ¿verdad?, pues esta bien joven, tome asiento en ese sofá junto a la chimenea. Sabes, aveces las mujeres juegan una parte tan importante en nuestras vidas ¿cierto?, ellas le ponen sentido a nuestro mundo. Yo tenía una maravillosa mujer e hija, Isabel tenía unos ojos tan bellos y grandes, cada vez que me miraba caia en éxtasis, mi hija era la copia en miniatura de Isabel, me facinaba verlas jugar juntas cuando el crepúsculo del día llegaba. Esos seres me parecían los mas frágiles y tiernos y yo tenia la dicha de presenciar ese espectáculo en mi casa cada tarde, amaba verlas jugar. Siempre trate que ellas no tuvieran contacto con el mundo exterior porque allí afuera habita el caos ¿pero que es el caos? Es simple materia sin trasformar mi querido amigo, hasta Dios vio caos en el mundo y con un “soplo de vida” trasformo todo el caos en lo que hoy conocemos. Isabel era mi soplo de vida. Cuando ella decidió dejarme sentí que la desolación y la locura carcomían mi celebro. Ya toda no tenia sentida en mi mundo… una noche, cuando todos dormían decidí entregarme a mis pensamientos mas oscuros y malditos que habitaban en mi cabeza, todo volvía a ser caos, tenia que transformarlo en algo que yo pueda aceptar, fue entonces que decidí quemar mi familia y mi hogar querido amigo, el fuego me parecía tan hermoso y acogedor... Era exactamente lo que sentía cuando veía los ojos de Isabel, me quedaba observando las extrañas formas que tomaban las llamas mientras ardían mis recuerdos, en un momento vi la silueta de Isabel y mi hija Magali, juntas jugando nuevamente para mí… jugar a ser dios es sencillo, solo ocupas elegir tu propio soplo de vida.
Cuando dijo eso último Joseph observaba la fogata con una sonrisa y mirada tan satánica que me enfrió la sangre.
-sabes viajero, la creación y la destrucción es un juego de niños.

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