Escasos días atrás celebramos el día del padre en nuestro país, generalmente no acostumbro comprar regalos bajo la influencia de la maquinaria publicitaria que ponen en marcha para estas ocasiones pero decidí pasar a una disco tienda ubicada en un reconocido centro comercial con la convicción de traerme en mis manos el disco del artista favorito de mi señor padre, mientras veía y veía los estantes llenos de CD S observe como una señora que ya pintaba canas llevaba consigo una buena cantidad de discos … aparte mi mirada para proseguir con mi búsqueda. Al encontrar el objeto me encamine a la caja en la cual aun estaba la señora, una vez más movido por mi curiosidad decidí prestar atención a la conversación que sostenía con el cajero, este le comentaba algo sobre el artista al mismo tiempo que sacaba el disco para poder probarlo en el sistema de sonido que tiene la tienda, en segundos el local se lleno de las notas musicales y vocales de algo que me dejo alucinado: era Frank Sinatra, ante esa gran demostración de 3:40 minutos de ese gran exponente musical del siglo XX mis pensamientos me llevaron a cuestionarme sobre lo que nosotros los jóvenes estamos escuchando actualmente ¿será que nuestros nietos sentirán ese pequeño orgasmo auditivo al escuchar lo que escuchábamos nosotros cuando teníamos su edad?. Hace unas semanas fui a un cine capitalino en el cual había un ciclo de películas del expresionismo alemán, su última función proyectarían Metrópolis de Fritz Lang, a pesar de que su estreno fue en unos déjanos años del1927 , al finalizar la película todos nosotros movidos por el amor al arte nos levantamos y aplaudimos la obra que acaba de terminar, eso nunca lo había vivido con alguna película contemporánea, de hecho con ninguna expresión artística de mi plano temporal, y eso es lo que debemos cambiar, el hombre actuar ya no sabe disfrutar las cosas que vale la pena, las desecha por pereza mental y las sustituye por cosas banales y sin sentido (como la tv), pero, el buen arte si es bueno siempre estará para nosotros, pasara años, siglos pero el siempre estará para nosotros, lo que nos queda es volver a hacer las cosas con amor y pasión para que nuestras obras prevalezcan años o siglos.
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