La horrible tragedia que está sufriendo el pueblo nipón nos hace reflexionar sobre lo pequeños que somos los seres humanos ante la furia y poder de la madre tierra, quizás Japón sea unos de los pocos países que ha sabido levantarse de sus cenizas (literalmente hablando) y renacer tomados de la mano de su coraje característico.
No hay que perder el tiempo en lamentos o en llorar a los muertos, debemos ponernos manos a la obra y pensar en los que están sufriendo, a los supervivientes hay que darles el apoyo y abrigo que piden a gritos, mas adelante vendrá el consuelo moral.
Japón posee demasiadas naciones amigas (como la nuestra) y estoy seguro que estos nobles pueblos no duraran en darles las manos de la ayuda a los caídos para que puedan ponerse de pie y seguir….
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