25 may 2009

Philip K. Dick (1928-1982)




Philip. K. Dick nació prematuramente, junto a su hermana gemela Jane, el 2 de marzo 1928, en Chicago. Jane murió trágicamente pocas semanas después. La influencia de la muerte de Jane fue una parte dominante de la vida y obra de Philp K. Dick. El biógrafo Lawrence Sutin escribe; ...El trauma de la muerte de Jane quedó como el suceso central de la vida psíquica de Phil

Dos años más tarde los padres de Dick, Dorothy Grant y Joseph Edgar Dick se mudaron a Berkeley. A esas alturas el matrimonio estaba prácticamente roto y el divorcio llegó en 1932, Dick se quedó con su madre, con la que se trasladó a Washington.

En 1940 volvieron a Berkeley. Fue durante este período cuando Dick comenzó a leer y escribir ciencia ficción. En su adolescencia, publicó regularmente historias cortas en el Club de Autores Jovenes, una columna el Berkeley Gazette. Devoraba todas las revistas de ciencia-ficción que llegaban a sus manos y muy pronto empezó a ser influido por autores como Heinlein y Van Vogt. Durante estos años su salud no fue buena, y sufrió frecuentes ataques de asma y periodos de agorafobia.

Su interés por la ciencia-ficción disminuyó cuando acabó sus estudios secundarios y, a los 18 años, dejó a su madre. Entre tanto, continuó en contacto con la comunidad intelectual de Berkeley mientras trabajaba como dependiente. Durante este periodo sus gustos literarios se hicieron más exquisitos. Berkeley, y más tarde su casa de Marin County, acabaron por llenarse de libros.

Después de vender varios relatos a las más importantes revistas pulp de ciencia-ficción de aquella época, Philp K. Dick tomó en 1951 la decisión de dedicarse al oficio de escritor a tiempo completo. Escribió varias novelas de ciencia-ficción durante la década de los 50, pero con todo, sus intentos por publicar novelas de no ficción fue un rotundo fracaso. Su primer éxito fue la novela LOTERÍA SOLAR, en 1954, iniciando así una muy prolífica carrera como escritor de ciencia-ficción. El punto álgido fue la concesión del premio Hugo por la novela EL HOMBRE EN EL CASTILLO, en 1962.

En 1948 contrajo el que fue el primero, hasta un total de cuatro, de varios matrimonios fallidos. Esta primera tentativa de Dick fue un rotundo fracaso y duró escasamente seis meses. Su segundo matrimonio, con Kleo Apostolides, fue más afortunado. Sin embargo, a raíz de su mudanza a Point Reyes Station a finales de los cincuenta, Dick empieza a relacionar se con su atractiva vecina Anne. Anne, todavía afectada por la reciente muerte de su marido, y al tener distintos turnos de trabajo que Kleo, empezó a pasar mucho tiempo junto a Dick.

A Dick le llevó poco tiempo acabar con el que había sido hasta entonces un feliz matrimonio con Kleo. Su novela CONFESIONS OF A CRAP ARTIST se basa en esta época de su vida. En 1960 nació Laura Archer, la hija de Dick y Anne.

La relación de Dick y Anne se mecía entre el amor y el odio. Los caracteres negativos y destructivos de los personajes femeninos que se pueden encontrar en las novelas de Dick estás basados en Anne. Estos incluyen a la Fay de CONFESIONS OF A CRAP ARTIST, la Priz de PODEMOS CONSTRUÍRLE, Y la Kathy de AGUARDANDO EL AÑO PASADO. Gradualmente, Dick desarrolló una fuerte paranoia hacia Anne, convencido de que ella asesinó a su anterior esposo y que pronto lo haría con él.

A pesar de la paranoia y la animosidad hacia Anne, Dick inicia una de sus más prolíficas y brillantes épocas como escritor. Obras como EL HOMBRE EN EL CASTILLO, TIEMPO DE MARTE, y LOS TRES ESTIGMAS DE PALMER ELDRITCH, fueron escritas durante aquel periodo. Retirado en una cabaña alquilada al sheriff local para alejarse de sus conflictos domésticos, Dick escribió once novelas entre 1963 y 1964. Finalmente, en 1964, Dick y Anne se divorciaron

Establecido en San Francisco en 1964, empezaron sus experimentos con las drogas, en concreto el LSD, iniciado por escritores como Jack Newkon y Ray Nelson. Como otros muchos durante los sesenta, Dick experimentó con muchas drogas, pero lo que más le afectó a todos los niveles fue su adicción a las anfetaminas. Un excelente libro basado en el estilo de vida de los yonkis, es su novela UNA MIRADA A LA OSCURIDAD. La adicción le produjo serios problemas durante los 60, incluyendo el divorció de Nancy Hackett su cuarta esposa. Dick se había casado con ella en 1966. Nancy era diez años menor que él, lo que no impidió que estuvieran profundamente enamorados. La hija de Dick y Nancy Hackett, Isa, nació en 1966.

Los 70 fue un periodo extraño en la vida de Dick. Comenzó cuando Nancy lo dejó, llevándose a Isa con ella. Casi a la vez, su casa sufrió un misterioso asalto del que hizo responsable nada menos que a la CIA. Sin Nancy ni su hijo empezó para Dick una de las peores épocas de su vida. Fuertemente enganchado a las drogas y afectado por la paranoia, cayó en un periodo de sequía creativa que duró varios años. Dick, que siempre fue un prolífico escritor, no volvió a producir nada hasta 1973. Después de una tentativa de suicidio y una corta estancia en un centro de rehabilitación, Dick volvió a reencontrarse a si mismo. Establecido en California junto a sus amigos Tim Powers y K. W. Jeter, volvió a casarse, esta vez con la joven Tessa Busby con la que en 1973 tuvo a su hijo Cristopher.

A mediados de los 70 Dick sufrió varias experiencias religiosas que bastaron para ocuparle intelectual y espiritualmente. Durante varios años Dick se dedicó a elaborar explicaciones e interpretaciones de estas experiencias, actividad que dominó a partir de entonces toda su vida e influyó en sus novelas posteriores.

Philip. K. Dick murió en 1982, de un fallo cardiaco, a la edad de 53 años, dejando un libro inacabado y, sin duda, muchas ideas sin desarrollar. Tampoco llegó a ver el estreno de la primera adaptación de su obra al cine; BLADE RUNNER.

Una de las mayores virtudes de Dick es que produjo ciencia ficción seria y, sobre todo asequible, para el gran público. Fue un escritor consistente y brillante, y de los más originales del género. Curiosamente, es un autor mucho más apreciado en Europa que en los propios Estado Unidos, habiendo países, donde es EL escritor de ciencia-ficción por excelencia, en detrimento de otros ilustres como Asimov, Clarke o Bradbury.

En cualquier caso Dick es un autor controvertido, siendo sorprendente para algunos críticos que éste autor, especializado en la irracionalidad en el seno de una literatura tan básicamente apartada de ella como es la ciencia-ficción, haya tenido un reconocimiento tan profundo. Reconocimiento que por otro lado le ha llegado a título póstumo, puesto que en vida sólo recibió el Hugo por EL HOMBRE EN EL CASTILLO y el John Campbell Memorial por FLUYAN MIS LÁGRIMAS, DIJO EL POLICÍA.


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La esquizofrenia de Dick
Es un lugar común el decir que Philip K. Dick era esquizofrénico, entre otras cosas, porque el lo reconoció en UNA MIRADA EN LA OSCURIDAD en particular y en otras muchas ocasiones.

Ciertamente su literatura parece en ocasiones escrita por un paranoico y sus angustiosos entornos, como en UBIK y en FLUYAN MIS LAGRIMAS DIJO EL POLICÍA, parecen visiones esquizoides puras, aunque probablemente tengan mas que ver con el uso de alucinógenos que con la enfermedad mental.

Jugar al diagnóstico a posteriori es fácil y agradecido, dado que el paciente no te contradice abiertamente, pero después de leer toda la obra de Dick, prácticamente la única, que en lo que respecta a la ficción esta íntegramente publicada en España, no veo nada clara esa esquizofrenia.

¿Por qué?, pues muy simple, porque Philip K. Dick era un autor de intensas fantasías espirituales, con un lenguaje que mejoro continuadamente y con una gran creatividad. Un esquizofrénico, pese a la habitual propaganda pseudocientífica es totalmente incapaz de un proceso creativo continuado. Contra lo que se suele creer la esquizofrenia es un freno absoluto para una obra coherente. Se pueden escribir algunos poemas y a veces muy buenos (Panero, p ej.), hallar frases ingeniosas, pero todo lo que sea una construcción completa artística sufre muchísimo con la esquizofrenia y poco a poco se pierde la capacidad de manifestarse de una manera artística.

Eso esta tan probado que hoy en día nadie cree que Van Gogh pudiera haber sido esquizofrénico, el diagnóstico mas en boga hoy en día es el de epilepsia temporal, ¿por qué?, pues porque sus cuadros fueron igual de buenos hasta su muerte y en un esquizofrénico se sufre una gradual desintegración de la percepción de la realidad. Curiosamente el esquizofrénico sufre mucho mas una pérdida de las capacidades artísticas que no de su capacidad para una vida integrada con la sociedad.

Algo curioso es que a Dick le gustaba ser un enfermo mental y no le molestaba el que lo clasificasen como a tal, No hay mas que leerse LOS CLANES DE LA LUNA ALFANA, Miraguano, no. 25, que recomiendo a todo el mundo para ver el cariño que le tenía a los enfermos mentales, al mismo tiempo que lo estereotipado que era su conocimiento de la enfermedad en si. Es curioso lo entrañable del trazado el retrato del paranoico, enfermo desagradable donde los haya y la manía que demuestra hacia los maníacos, si bien ésta está un poco fundada, dado que si bien son pacientes bastante divertidos pueden jorobar a su familia y a sus amigos, si bien no llegan a ser tan agresivos como los pinta, habitualmente.

También llama la atención el que no se aperciba que el trastorno maníaco es en su mayoría bipolar y que los maníacos oscilan entre depresión y manía.

Es decir que sus conocimientos de Psiquiatría eran bastante misceláneos, aunque le sirvieron para escribir esta pequeña obra maestra que es LOS CLANES DE LA LUNA ALFANA.

Leer a Dick buscando un conocimiento científico o técnico coherente, puede ser desesperante, pero sus escritos son LITERATURA y así lo han sabido ver la mayor parte de los escritores de Sf y algunos que no escriben en esta clave literaria, no obstante para entenderlos mejor, que no para disfrutarlos, sería interesante conocer su estado mental real de la misma manera que sabemos que su misoginia, algunos de los personajes femeninos de Dick, que no son muchos, son realmente odiosos (véase la novela antes citada), se debe EN PARTE a un muy traumático divorcio.

Mi opinión personal es que Dick abusó mucho de las drogas, sobre todo de pastillas de todo tipo y alucinógenos y que tenía un carácter esquizoide, pero personalmente pienso que su diagnóstico, que no hay duda que se lo hicieron de esquizofrenia paranoide no es del todo ajustado a la realidad, esa es al menos mi poco humilde opinión.

PD: no deja de ser curioso que la esquizofrenia paranoide produzca una imposibilidad para la amistad y Dick sea una persona que vivió por y para sus amigos, hasta tal punto que probablemente acortó su vida con el estres constante que para el supuso que tuviese estos, que eran muchos, un acceso constante a su casa.

Bibliografía
Esta relación no es exahustiva, sólo se incluyen novelas y no relatos, artículos o las conferencias publicadas en distintos medios

Aguardando el año pasado, Júcar, Etiqueta futura nº 2, (1988)
Los clanes de la luna alfana, Minotauro, (2003)
Deus irae, Bruguera, Nova nº 12, (1977)
Doctor Bloodmoney o cómo nos apañamos después de la bomba, Acervo, Ciencia ficción nº 34, (1979)
Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, Acervo, Ciencia ficción nº 11, (1976)
Gestarescala, Intersea, Azimut, (1975)
El hombre en el castillo, Minotauro, Otros mundos, (1974)
El informe de la minoría, Círculo de lectores, (2002)
La invasión divina, Ultramar , Ciencia ficción nº 96, (1990)
Laberinto de muerte, Plaza & Janés, Mundos Imaginarios nº 3, (1999)
Lotería solar, Minotauro, (2001)
Una mirada a la oscuridad, Acervo, Ciencia ficción nº 38, (1980)
El mundo contra reloj, Edaf, Ciencia ficción nº 25, (1980)
Un mundo de talento, Edhasa, Nebulae, (1967)
Nuestros amigos de Frolik 8, Martínez Roca, Superficción nº 103, (1987)
Ojo en el cielo, Orbis, Biblioteca de ciencia ficción nº 22, (1985)
Un ojo en el cielo, Edasha, Nebulae, (1991)
La penúltima verdad, Martínez Roca, Superficción nº 2, (1976)
Podemos construirle, Martínez Roca, Superficción nº 111, (1988)
Radio libre Albemut, Ultramar, Ciencia ficción nº 93, (1990)
Los simulacros, Martínez Roca, Superficción nº 109, (1964)
Sivainvi, Adiax, Fénix, 26 nº 1981, (79)
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Edhasa, Nebulae nº 53, (1981)
Tiempo desarticulado, Edhasa, Clasicos Nebulae, (1988)
Tiempo de Marte, Edhasa, Nebulae nº 24, (1978)
La transmigración de Timothy Archer, Edhasa, Nebulae nº 65, (1984)
Los tres estigmas de Palmer Eldritch, Martínez Roca, Superficción nº 43, (1979)
Ubik, Martínez Roca, Superficción nº 13, (1976)
© Antonio Rodriguez Babiloni

tomado de http://www.ciencia-ficcion.com/autores/dickpk.htm

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